2019
Habilidades blandas en los docentes
Los cambios económicos, políticos, sociales, culturales y tecnológicos han tenido un impacto en muchos países, incluyendo a países en vías de desarrollo como Chile. En general, a nivel mundial se identifican las siguientes brechas en los docentes: (i) necesidad de desarrollar el pensamiento crítico; (ii) capacidad para seguir aprendiendo a lo largo de toda la vida; (iii) integración de una perspectiva sostenible al currículum; (iv) virtualización de la enseñanza y (iv) gestión y aplicación de los conocimientos a la vida diaria. Aquí creemos que las competencias blandas ayudan a estrechar significativamente dichas brechas. Dicho en forma simple, las habilidades blandas son los atributos personales que potencian nuestras interacciones personales, nuestro rendimiento laboral y nuestra carrera profesional y que complementan notablemente nuestras competencias técnicas o disciplinares. Son capacidades críticas, especialmente cuando el trabajo implica el contacto cara a cara con otros.
De hecho, en cualquier día promedio, los docentes trabajamos con una variedad de personas. En este sentido, las habilidades blandas se traducen en la capacidad para satisfacer exitosamente las necesidades de las personas a quienes estamos formando. Por ejemplo, los docentes debemos utilizar nuestras destrezas orales y escritas para compartir información efectivamente con nuestros estudiantes. También debemos trabajar en equipo y promover la colaboración entre nuestros estudiantes y colegas. Además, se estima que sin capacidad de pensamiento crítico y resolución de problemas, ningún docente podría gestionar efectivamente el comportamiento y progreso de sus estudiantes.
Hoy en día, la capacidad de las personas de transferir sus conocimientos a diversas situaciones y/o contextos, con foco en las personas añade valor al desempeño y marca la diferencia entre un profesional y otro. Siendo la educación, la base del cambio transformacional, creemos que los docentes, en todos los sectores educativos necesitan desarrollar diversas competencias blandas y, consecuentemente, infundirlas en sus estudiantes. Sabemos que es en la clase donde se genera la mayor parte de las interacciones entre estudiantes y docentes. Por tanto, es preciso que estos importantes agentes de cambio desarrollen y desplieguen sus capacidades más sutiles, demostrando empatía, escucha activa, retroalimentación positiva y pensamiento crítico, entre otras, para que efectivamente puedan liderar con el ejemplo y transformar a las generaciones actuales y futuras.